miércoles, 30 de junio de 2010

Simplemente Adiós







Mi corazón ha de morir por ti.

Mi ilusión se ha quedo sin ti

y a empezado a sufrir sin razón.



Nunca me acariciaste como

yo lo hice, nunca dejaste que

un sueño te elevara más

allá de tu conciencia.



Hoy sólo me matas y me olvidas,

cambiándome por otros destinos...



Ya no te veo llegar al atardecer,

en esa plaza cuando nos besábamos

loca y perdidamente congelando todo

el tiempo a nuestro alrededor.



Hoy sólo veo las estrellas y que

con el desconcierto mis

lágrimas forman niebla en

la oscuridad, que con

el llanto perpetuo el

sufrimiento sagrado de mi

alma descansa en la eternidad.



Hoy estoy por partir al infinito

del olvido. De la nada a lo nunca

vivido. De los celos al dolor y de

lo perdido por perdido, ¿quién gano?



Pero, ¿Quién ocupará tanto

vacío?. Que de las tormentas

a mis lágrimas florezcan

esperanzas. De las

semillas a las flores

que alguna vez te regale...



Y ahora, ¿en donde están los

sentimientos que guarde

en tu cuerpo?, porque hoy me

he quedado sin ti, sin tus

labios y sin tu sabor...



Jamás han de volver esos

momentos que perdimos

como locos viajeros por el tiempo.

Momentos que ahora son sólo

polvo y cenizas para siempre...



Todo tan fugaz que no

queda más nada que jugar.

Un profundo y negro olvido.

Un río que con su fuerza alguna

vez pasó por ésta grieta

que ahora es mi corazón...



Un sol sin luz y un amanecer

sin rocío. Mil espejos rotos

y lejanos precipicios que te invitan a caer.



Sé tu vuelo de memoria, águila

solitaria que te escapas en

el horizonte para no volver jamás...





(Waldo Nazareno Olguin)










Mi corazón ha de morir por ti.

Mi ilusión se ha quedo sin ti

y a empezado a sufrir sin razón.



Nunca me acariciaste como

yo lo hice, nunca dejaste que

un sueño te elevara más

allá de tu conciencia.



Hoy sólo me matas y me olvidas,

cambiándome por otros destinos...



Ya no te veo llegar al atardecer,

en esa plaza cuando nos besábamos

loca y perdidamente congelando todo

el tiempo a nuestro alrededor.



Hoy sólo veo las estrellas y que

con el desconcierto mis

lágrimas forman niebla en

la oscuridad, que con

el llanto perpetuo el

sufrimiento sagrado de mi

alma descansa en la eternidad.



Hoy estoy por partir al infinito

del olvido.

 De la nada a lo nunca
vivido
De los celos al dolor y de
lo perdido por perdido, ¿quién gano?
Pero, ¿Quién ocupará tanto
vacío?. Que de las tormentas
a mis lágrimas florezcan
esperanzas. De las
semillas a las flores
que alguna vez te regale...



Y ahora, ¿en donde están los
sentimientos que guarde
en tu cuerpo?, porque hoy me
he quedado sin ti, sin tus
labios y sin tu sabor...



Jamás han de volver esos
momentos que perdimos
como locos viajeros por el tiempo.
Momentos que ahora son sólo
polvo y cenizas para siempre...



Todo tan fugaz que no
queda más nada que jugar.
Un profundo y negro olvido.

Un río que con su fuerza alguna
vez pasó por ésta grieta
que ahora es mi corazón...



Un sol sin luz y un amanecer
sin rocío. Mil espejos rotos
y lejanos precipicios que te invitan a caer.



Sé tu vuelo de memoria, águila
solitaria que te escapas en
el horizonte para no volver jamás...





(Waldo Nazareno Olguin)

Quiero que la noche sea eterna


Quiero que mi cuerpo sea víctima de tus dedos

y que los poros de tu piel sean mi alimento.

Quiero que tu lengua busque mis rincones

hasta encontrarme el alma en un suspiro.



Quiero beberme todas tus esencias,

hasta calmar mi sed con tus temblores

y sentir el placer mientras tu habitas

las más tiernas moradas de mi cuerpo.



Con nuestras almas en un solo deseo

y nuestros cuerpos en un solo universo,

te entregaré sin condiciones,

mi pasión y mi locura

para que tu dispongas de la cura.



Quiero la noche eterna,

quiero que el día no exista

para estar entre tus brazos

y hundirme en tus caricias.



Quiero un beso tan profundo,

que no deje lugar a dudas

y que haga de la existencia una tortura.



Quiero fundirme contigo,

estar dentro de ti como un fuego,

imposible de apagar.

Quiero abrazarte fuerte

para que no puedas escapar.



Quiero que la noche no muera,

quiero que sea eterna

para amarnos con mas fuerza.





(Andrea)

Yo no te pido






Yo no te pido que me bajes



una estrella azul



sólo te pido que mi espacio



llenes con tu luz.







Yo no te pido que me firmes



diez papeles grises para amar



sólo te pido que tú quieras



las palomas que suelo mirar.







De lo pasado no lo voy a negar



el futuro algún día llegará



y del presente



qué le importa a la gente



si es que siempre van a hablar.







Sigue llenando este minuto



de razones para respirar



no me complazcas no te niegues



no hables por hablar.







Yo no te pido que me bajes



una estrella azul



sólo te pido que mi espacio



llenes con tu luz.







Mario Benedetti

Si tú me olvidas



QUIERO que sepas

una cosa.



Tú sabes cómo es esto:

si miro

la luna de cristal, la rama roja

del lento otoño en mi ventana,

si toco

junto al fuego

la impalpable ceniza

o el arrugado cuerpo de la leña,

todo me lleva a ti,

como si todo lo que existe,

aromas, luz, metales,

fueran pequeños barcos que navegan

hacia las islas tuyas que me aguardan.



Ahora bien,

si poco a poco dejas de quererme

dejaré de quererte poco a poco.



Si de pronto

me olvidas

no me busques,

que ya te habré olvidado.



Si consideras largo y loco

el viento de banderas

que pasa por mi vida

y te decides

a dejarme a la orilla

del corazón en que tengo raíces,

piensa

que en ese día,

a esa hora

levantaré los brazos

y saldrán mis raíces

a buscar otra tierra.



Pero

si cada día,

cada hora

sientes que a mí estás destinada

con dulzura implacable.

Si cada día sube

una flor a tus labios a buscarme,

ay amor mío, ay mía,

en mí todo ese fuego se repite,

en mí nada se apaga ni se olvida,

mi amor se nutre de tu amor, amada,

y mientras vivas estará en tus brazos

sin salir de los míos.

 Pablo Neruda

Besos





Hay besos que pronuncian por sí solos

la sentencia de amor condenatoria,

hay besos que se dan con la mirada

hay besos que se dan con la memoria.



Hay besos silenciosos, besos nobles

hay besos enigmáticos, sinceros

hay besos que se dan sólo las almas

hay besos por prohibidos, verdaderos.



Hay besos que calcinan y que hieren,

hay besos que arrebatan los sentidos,

hay besos misteriosos que han dejado

mil sueños errantes y perdidos.



Hay besos problemáticos que encierran

una clave que nadie ha descifrado,

hay besos que engendran la tragedia

cuantas rosas en broche han deshojado.



Hay besos perfumados, besos tibios

que palpitan en íntimos anhelos,

hay besos que en los labios dejan huellas

como un campo de sol entre dos hielos.



Hay besos que parecen azucenas

por sublimes, ingenuos y por puros,

hay besos traicioneros y cobardes,

hay besos maldecidos y perjuros.



Judas besa a Jesús y deja impresa

en su rostro de Dios, la felonía,

mientras la Magdalena con sus besos

fortifica piadosa su agonía.



Desde entonces en los besos palpita

el amor, la traición y los dolores,

en las bodas humanas se parecen

a la brisa que juega con las flores.



Hay besos que producen desvaríos

de amorosa pasión ardiente y loca,

tú los conoces bien son besos míos

inventados por mí, para tu boca.



Besos de llama que en rastro impreso

llevan los surcos de un amor vedado,

besos de tempestad, salvajes besos

que solo nuestros labios han probado.



¿Te acuerdas del primero…? Indefinible;

cubrió tu faz de cárdenos sonrojos

y en los espasmos de emoción terrible,

llenaron sé de lágrimas tus ojos.



¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso

te vi celoso imaginando agravios,

te suspendí en mis brazos… vibró un beso,

y qué viste después…? Sangre en mis labios.



Yo te enseñe a besar: los besos fríos

son de impasible corazón de roca,

yo te enseñé a besar con besos míos

inventados por mí, para tu boca.

 
 
 
Gabriela Mistral

martes, 29 de junio de 2010

Solo Tu Para Vivir





El estar sin ti me pone débil,

como un hombre vulnerable en la sombra del olvido

que no pueda compartir un respiro.

Sin ti, sin tus sentimientos para saciar mi necesidad de ti.

Ese sentimiento de ausencia, de vacío, de urgencia por sentirte,

por el simple hecho, que contigo puedo padecer los castigos de este mundo

sin siquiera sentir el más mínimo rasguño,

mientras que tu ausencia produce el dolor de mil muertes

en el corazón, de que tu eres dueña,

pero que se encuentra en mi tembloroso pecho

por el miedo a no poder sentir tu cálida mirada,

la cual consigue en un largo segundo mi amor.

El sentimiento de tu presencia,

poder pensar en vos,

el poder tener una imagen tuya

en mi necesitado corazón,

el simple hecho de que haya una posibilidad de verte de nuevo,

mueve todo mi ser, como los ángeles mueven milagros.

Como los ángeles te crearon a vos,

o como vos creaste a los ángeles.

El que pueda sentir tus ojos en mi alma,

Y que pueda tener un lugar donde me sienta seguro,

donde mi amor no se restrinja,

donde te pueda amar hasta la luna,

si es que hay una luna en el infinito.





(Diego Cevasco)

Àngel



A llegado a mi puerta

un ángel sin avisar.

La he dejado abierta

para que el pueda entrar.



Donde antes había guerra

ahora sólo hay paz.

Aunque a veces no lo entienda

me ha mostrado lo que es amar.



A secado mi tristeza

para dar paso a la felicidad.

Se ha sentado en mi mesa

alimentándome de sinceridad.



Este ángel que ha llegado

a de ser una ilusión.

Para mi es un regalo,

una bendición de Dios.



Yo a cambio mi amistad ofrezco

al ángel que no merezco.

Mas si el destino lo ha enviado

no me queda mas que aceptarlo.



Si algún día éste

decide que debe partir.

Espero que al menos deje

su alegría grabada en mi.

Cuidate por mi...




Cuídate por mí,

por las caricias que mis manos deseosas no podrán darte,

por las compañías que en la distancia se desvanecerán como rumores,

por las lágrimas que bañaran tu cara y yo no podré enjugar,

por las charlas que solo en mi nombre tendrás que entablar,

por las pasiones alunadas de mi pecho que no conocerás,

por el hambre que a mi placer honrará,

por el fusil que yo odiaré en las balas sombrías de tu defensa,

por el frío que penetrado en tus huesos yo no adivinaré,

por el panteón de patria que en mi léxico perderá razón.



Cuídate por mí,

porque sé que el viento mis palabras capturará

y mis angustias te serán ajenas.

Cuídate por mí,

porque en el denso de la pureza, mi alma te añorará

y mis plegarias al corazón darán alas.

Cuídate por mí,

porque ni la sombra de mis angustias sentirás

y las añoranzas de mi espíritu serán extraños al tuyo.

Cuídate por mí,

Porque me importas tanto como mi vida misma

y creo haber aprendido a amarte aun más allá.





(TAYLOR)

Amor de amantes...



Amor de amantes que prejuzgan por prohibido,

aquel que late de un instante, que vive de un suspiro.

Amor que desafía a la vida por no tener su destino,

amor que en el silencio te extraña, al no tenerte al lado mío.

Amor que fluye en la sangre, que vibra con solo verte,

sabe que tus ojos no me engañan son tus labios los que mienten.

Amor que dilata al presente y consume el futuro inerte,

solo vive porque te ama y muere porque te siente.

Si la vida me regala solo segundos de tus besos,

solo un corto tiempo del destino,

bastara una mirada cómplice del alma,

para unir nuestros cuerpos, en este huracán prohibido.

Cuerpos que sin culpa se sienten libres, sin culpa te siento mío...

sentimiento que nace cuando estas a mi lado,

que vive al fundirte conmigo.

Perdóname por hoy, mi dulce amante,

debo vagar en este mundo a mar abierto,

lejos de tu vida, lejos de tus besos,

solo por amarte y no morir en el deseo.

Prométeme mi fiel amante, que me llevarás en secreto,

me sentirás en tu piel, en tu sangre,

me mantendrás viva en tu cuerpo.

Solo en la distancia intentaré olvidarte, por no tenerte por completo, por no aceptar compartirte,

por desearte a cada momento.

Pero no creas esta mentira,

que solo finge un simple y corto tiempo,

porque tu sabes que te llevo en corazón y alma,

sellado a mi vida, fundido a mi cuerpo.





(Ana Cruz Hernández)

Acuérdate de Mí





¡Oh! cuánto tiempo silenciosa el alma

mira en redor su soledad que aumenta

como un péndulo inmovil: ya no cuenta

las horas que se van!

No siente los minutos cadenciosos

a golpe igual del corazón que adora

aspirando la magia embriagadora

de tu amoroso afán.



Ya no late, ni siente, ni aún respira

petrificada el alma allá en lo interno;

tu cifra en mármol con buril eterno

queda grabada en mí!

Ni hay queja al labio ni a los ojos llanto,

muerto para el amor y la ventura

esta en tu corazón mi sepultura

y el cadáver aquí!



En este corazón ya enmudecido

cual la ruina de un templo silencioso,

vacío, abandonado, pavoroso

sin luz y sin rumor;

Embalsamadas ondas de armonía

elevábanse a un tiempo en sus altares;

y vibraban melódicos cantares

los ecos de tu amor.



Parece ayer! ...De nuestros labios mudos

el suspiro de ¡"Adiós" volaba al cielo,

y escondías la faz en tu pañuelo

para mejor llorar!

Hoy... nos apartan los profundos senos

de dos inmensidades que has querido,

y es más triste y más hondo el de tu olvido

que el abismo del mar!



Pero, ¿qué es este mar? ¿qué es el espacio,

qué la distancia, ni los altos montes?

Ni qué son esos turbios horizontes

que mira desde aquí;

si al través del espacio de las cumbres,

de ese ancho mar y de ese firmamento,

vuela por el azul mi pensamiento

y vive junto a tí:



Si yo tus alas invisibles veo,

te llevo dentro del alma estás conmigo,

tu sombra soy y donde vas te sigo

por tus huellas en pos!

Y en vano intentan que mi nombre olvides;

nacieron, nuestras almas enlazadas,

y en el mismo crisol purificadas

por la mano de Dios.



Tú eres la misma aún;

cual otros días suspéndense tus brazos de mi cuello;

veo tu rostro apasionado y bello

mirarme y sonreír;

aspiro de tus labios el aliento

como el perfume de claveles rojos,

y brilla siempre en tus azules ojos

mi sol, ¡mi porvenir!



Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido;

mi nombre está en la atmósfera, en la brisa,

y ocultas a través de tu sonrisa

lágrimas de dolor; pues mi recuerdo tu memoria asalta,

y a pesar tuyo por mi amor suspiras,

y hasta el ambiente mismo que respiras

te repite ¡mi amor!



¡Oh! cuando vea en la desierta playa,

con mi tristeza y mi dolor a solas,

el vaivén incesante de las olas,

me acordaré de tí;

Cuando veas que una ave solitaria

cruza el espacio en moribundo vuelo,

buscando un nido entre el mar y el cielo,

¡Acuérdate de mí!
 
 
 Carlos Augusto Salaverry

sábado, 26 de junio de 2010

Princesa Inalcanzable



Si lo confieso,

confieso ser un amante

de su belleza;

confieso deleitarme

Con el esplendor

de sus ojos, flor

de una doncella.

Si tan sola mi boca

rozara sus labios,

miel silenciosa,

resplandor de la

rosa secreta;

purificarían este

híbrido destello

en el horizonte.

Si lo confieso,

confieso que moriría

por estar a lado

de su carisma que

envuelve su constelación

de dones y estrellas.

Si tan solo viajara

a esa selva verde,

perfume sagrado de

praderas, cúpula,

materia profunda,

sería como un niño

dentro de tu ser,

sumergido y atado

a esa región transparente.




El día se ha cerrado

y sellado con este

fulgor emanante

de tu ser, aurora

tú dulzura, ciénaga

de agua que resbala

tiernamente y navega

profundo por tu cuerpo;

producen envidia en la

expansión crepuscular.

Tocaré la tierra,

sentiré tus pasos desnudos,

en la profundidad del

cielo te acompañaré...

seré un sonido invisible

que hablará a las puertas

de tu corazón.

Mi sueño terrestre

es tener tus manos

de brisa, suaves uvas

dueñas de mi redención.





La delicadeza y sencillez

en la que descansa tu rostro

de amaneceres palpitantes;

junto al jardín de fragancias

que guarda el aroma de tu piel;

invitan a que del cielo caigan

dos destellos de ternura y posen

en tu ojos, dueños de la calma

del deseo febril.

Ni el crepúsculo que lentamente

muere y de su alma brota

una tierna expansión poderosa,

donde escondido esta el

sentimiento de su pureza;

no se compara con el

milagro de tu cuerpo.





Mientras un beso cautive y encienda

el silencio de la caricia;

Mientras al mirar el reflejo de la luna

sea el reflejo de tu ausencia;

Mientras una rosa tímida y frágil transmita

el aroma improfanable de tu caricia;

Mientras que en tu interior sientas el

ávido deseo de soñar;

Mientras que el manto primaveral lleve

el espíritu de la boca del verso;

Mientras que a través de lenguaje del amor

pueda hablar el corazón;

¡habrá mi deseo inalcanzable de soñarte a mi lado princesa!





(José Alonso Escorza)



Previous Post Next Post Back to Top