lunes, 6 de diciembre de 2010

A la desierta plaza



A la desierta plaza
conduce un laberinto de callejas.
A un lado, el viejo paredón sombrío
de una ruinosa iglesia;
a otro lado, la tapia blanquecina
de un huerto de cipreses y palmeras,
y, frente a mí, la casa,
y en la casa la reja
ante el cristal que levemente empaña
su figurilla plácida y risueña.
Me apartaré. No quiero
llamar a tu ventana... Primavera
viene ?su veste blanca
flota en el aire de la plaza muerta?;
viene a encender las rosas
rojas de tus rosales... Quiero verla...
 
Antonio Machado

domingo, 5 de diciembre de 2010

Àrbol de canciòn.

Caña de voz y gesto,
una vez y otra vez
tiembla sin esperanza
en el aire de ayer.

La niña suspirando
lo quería coger;
pero llegaba siempre
un minuto después.

¡Ay sol! ¡Ay luna, luna!
Un minuto después.
Sesenta flores grises
enredaban sus pies.

Mira cómo se mece
una vez y otra vez,
virgen de flor y rama,
en el aire de ayer.

Federico Garcìa Lorca.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Dos cuerpos.


Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.

Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.

Octavio Paz.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Mi luna

 
Mi luna,
te pedí que no te alejaras de mí
porque la tristeza que me lleva al fin;
entre llantos,
de noche te vi partir
dejando así la tibia fragancia
con la que nací.

Mi suave caricia, mi dulce mirar
tiernas noches de claridad
me dejaste de mostrar
dejándome al olvido y en la oscuridad

Luna,
mi luna amada
te pedí que no te alejaras de mí
porque la soledad es eterna
y no tiene fin.

Luna, mi luna
compañera de horas de tranquilidad
sollozando bajo tu cielo,
consolaste mi verdad,
al saber de mi tristeza
rompiste con tu promesa
de no dejarme jamás.
 
Soledad B. Castro.

Busco una estrella.

 
Cuando tú te fuiste, lloró la calandria,
esa, que en la rama solía trinar
cantos melodiosos frente a tu ventana
cuando a la mañana te iba a despertar.

Las rosas lloraron con pena infinita
pensando que nadie las iba a regar,
y aquel duraznero que tanto cuidabas
en ese momento, se empezó a secar.

¿Recuerdas el sauce que estaba en el patio,
bajo cuya sombra te ibas a sentar?,
se sintió tan triste ante tu partida
que con desconsuelo, se puso a llorar.

Aquel gato blanco que tú recogiste
con su pata herida, que hiciste curar,
se subió a los techos de casas vecinas
con saltos felinos, él te fue a buscar.

Dentro de la casa se hizo el silencio
dejaste un espacio que no sé llenar,
las paredes frías congelan mi alma
tu calor humano se fue del lugar.

Dónde está tu risa y aquellas caricias
que me regalabas cuando al despertar 
abría mis ojos y tú me mirabas,
jamás en la vida las podré olvidar.

Hoy eres estrella en el firmamento,
llorando en silencio te empecé a buscar,
son tantas las luces que veo a lo lejos
más sé madre mía, que te he de encontrar.
 
Elsa Caballero.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Corazòn enamorado.


De todo lo mío que es tuyo
Todo entregado a tus manos
Tan vivido entre tus dedos
Y acariciado por tus labios

A un que sea un mal consuelo
Tal vez ya no se enamore
Y tal vez palpite más lento
Por que ríe de un inmenso miedo

Que cinismo tan sincero
Por que este corazón sangrado
No deja de tener dueño
A un que caiga a lo suelos
No muere por llevar tu nombre marcado

C.A.H.D

Extrañarte a ti.


Ya no se a donde ir
Estoy cansado por mi amor
Que diría, si volver a comenzar es terminar
Si aun no puedo ser yo cuando tu no estas

A mil gritos de agonía
Con recuerdos pausados
Solo un pensamiento continuo
Que mi pecho dice, no volverán mas

¿Para que seguir recordando?
Si desespero por ver tus ojos
Y solo quería estar donde tu estas
Y muero en cuanto callo,
Por que es volverte a recordar

Mi sonrisa desvanece
Y estos ojos con lágrimas
Por que en constante guerra estoy
Mi corazón contra mis recuerdos

Ojala y pudieras leer estas palabras que las escribe mi pecho y no mis manos, sin acumular alguna duda, rencor o pensamiento absurdo, te escribo.

Quiero verte de nuevo, por que te extraño amor...

C.H.A.D

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Rosas y Espinas


Entre rosas y espinas
se resbala la vida,
construyendo caminos
de encontrados momentos
espinas que profanan
la adolorida carne,
y rosas que embellecen
dulces horas de calma.

¡Puede más una rosa
que cien dirás espinas!
un capullo de ellas,
bien vale mil espadas;
la dicha, que se logra,
por sobre los escollos,
es feliz horizonte
de una vida lograda.

Por eso, no te duelan
las espinas clavadas,
aunque llaguen tu piel
y trastoquen tu calma,
si al final de la senda
hay una aurora blanca,
como una rosa roja
asilada en tu alma.

Alfonso Esteban Jerez

Primavera


Si esta primavera, tuviera aroma a vida
no miraría a través de mis ojos
miraría con las manos.
Tal vez ya no me quede en lugares oscuros,
correría detrás de cada flor
cuidando de sus pétalos.
Dejaría de suspirar por no tenerte
amaría a otra gente.
Si esta primavera tuviera aroma a vida
dormiría menos horas
y escribiría más.
Contaría todas las estrellas
borrando tu nombre grabado en ellas.
Le contaría a los árboles sabios
nuestra historia en cada crepúsculo
con el cielo rosa.
Y si esta primavera volvieras a mi lado
y me amaras como te amo
seguro tendría aroma a vida.

Luciana Carelli.
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